La urgencia del planeta

Mariano Sidrach de Cardona Ortín - Socio de Zencer, Licenciado en Ciencias Físicas. Catedrático y profesor del departamento de Física Aplicada II. Director del Master en Tecnología de los Sistemas de Energía Solar Fotovoltaica en la Universidad Internacional de Andalucía, en la de Málaga y en la de Jaén.

 

Han pasado las elecciones generales. El resultado que han arrojado estos comicios certifica el fin del bipartidismo y lo que es mucho más importante, el fin de las mayorías absolutas. Debemos felicitarnos por ello, se abre un nuevo camino en la política española, donde el pacto y la negociación deberán convertirse en práctica diaria de la actividad política.

¿Estamos preparados para esta tarea? Espero que los partidos políticos sepan a estar a la altura. No nos quedará más remedio que suplir nuestras históricas carencias de cultura democrática y de consensos, con mucha paciencia, mucho sentido común y mucho realismo, anteponiendo siempre el interés general al particular de cada partido.

Sin embargo, los antecedentes no invitan al optimismo. En el parlamento de Andalucía fue difícil arrancar esta legislatura y en Cataluña, aún no tienen presidente de la Generalitat.

Dentro de los muchos problemas que de forma urgente hay que abordar en esta legislatura y que necesitan de un amplio consenso, el tema energético me parece de importancia capital.

La energía, cómo se genera y cómo se consume, tiene un impacto social, económico y medioambiental debido a su presencia en el desarrollo de todas las actividades humanas. En España mantenemos un sistema energético caro, injusto e insolidario, debemos importar gran parte de la energía que consumimos y además producimos graves efectos sobre el medioambiente.

Un sistema que contempla la energía como un artículo de mercado más y no como un bien de primera necesidad, cuyo uso y disfrute es un derecho fundamental de la ciudadanía. Este modelo provoca, además, injusticia social, con millones de personas en situación de pobreza energética.

Dos problemas son especialmente urgentes: la descarbonización de las ciudades para conseguir reducir las emisiones de efecto invernadero y la reestructuración del sector eléctrico, donde se conozcan los precios reales de generación de las diferentes tecnologías, con una estructura tarifaría más justa, donde la equidad social y la solidaridad queden garantizadas y donde la generación distribuida por medio de energías renovables deje de ser un derecho más hurtado a la ciudadanía por medio de leyes injustas. Defendamos nuestro derecho al Sol.

La reciente cumbre del Clima de París, donde todos los gobiernos del mundo han sido capaces de ponerse de acuerdo, nos habla de la urgencia de actuar para parar el cambio climático. Actuaciones que debemos poner marcha desde todos los ámbitos políticos, central, autonómico y municipal, mediante una visión global del problema y una importante implicación de la ciudadanía.

Hay suficientes razones objetivas para cambiar de forma urgente nuestro actual modelo energético y transitar hacia una sociedad donde la energía sea considerada un derecho y un bien social, donde la eficiencia energética y el uso de las energías renovables sean los principales ejes de una nueva visión de la energía. Es urgente transformar nuestro sistema energético y avanzar hacia un modelo en el que las necesidades energéticas se cubran principalmente con electricidad procedente de fuentes renovables que no contaminan ni en origen ni en consumo y que, además, han demostrado madurez tecnológica, eficiencia y competitividad.

Lo tenemos que hacer con urgencia. La salud de nuestra gente, de nuestras ciudades y de nuestro planeta no entiende de pactos electorales. Hay cosas en las que todos deberíamos de estar de acuerdo.

Mariano Sidrach de Cardona Ortín

Mariano Sidrach de Cardona Ortín

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